Hoy os voy a hablar del miedo, del miedo en estado puro.
Cuando no eres capaz de controlar tu mente, y llevarla a un lugar más frío
donde solucionar los problemas.
Cuando el cuerpo se convulsiona solo, las manos tiemblan y
las lagrimas nublan tu vista, de rabia de impotencia. Y la situación te
envuelve te agobia hasta no dejar ni un rincón de paz en ti, aunque estés en el
lugar en el que te sientes más segura, mas rodeada de gente conocida.
Cuando todo se vuelve irracional, incontrolable, imparable.
Cuando huyes , te escondes involuntariamente, realmente muy torpemente pero es
lo mejor que sabes hacer en ese momento… por pánico y aún así te encuentran.
Cuando estas chillando a pleno pulmón en tu cabeza LEJOS! Y
aún así se aproxima. Y cuando presiona la situación solo te sale un débil
hilillo de voz...
Cuando no pasan los limites y por lo tanto ni puedes
reaccionar, ni gritar, y sientes los pies como plomo en el suelo, y solo
quieres correr , salir corriendo, volando, desaparecer. Cuando te sientes
acorralada en un espacio abierto a plena luz del día y no puedes decir nada.
Cuando el miedo te quita la voz, el control, la sonrisa, la
libertad.
En definitiva cuando desaparece de un plumazo toda la
seguridad, en ti, y en tu entorno.
Ese momento, es cuando el terror lo ocupa todo y absorbe como un agujero negro, dejándote nada
en que agarrarte. Aunque haya sido
un mínimo gesto el que te haya llevado a sentir todo esto. Un gesto controlado,
que rompe tu espacio de seguridad pero no es lo suficiente obvio.
Con el cual te sientes ridícula por sentir todo eso, y ves que el entorno vería ridículo que
reaccionases contra ello, como combatirías a un virus que se te mete dentro.
Pero te recuerda a todos esos momentos en que realmente se
podría haber roto tu seguridad.
No me pienso quedar más sin voz, asustada.
Todo el mundo tiene DERECHO a sentirse seguro. Puede ser
irracional, pero no por eso es menos real.
Así que si algo amenaza eso, DEBES pasarlo por encima firmemente. Sin más.
Buenas noches!